lunes, 16 de enero de 2012

Juegos tristes.

Que complicado esto de no verte cuando te tengo tan cerca, en este cuarto oscuro de clonazepam sin chocolate, en esta salita narcótica que nos va perdiendo en el tedio. Nunca quise tacharme la doble y sin embargo, acá me tenés inventándote historias, dejando a la reina en el dulce resguardo de su retaguardia por miedo a algún alfil insolente, diciéndote que no quiero falta envido con treinta, por las dudas… Nunca quise esconderme demasiado bien porque si no se pierde la gracia como un poeta en un laberinto, siempre me gustó llegar al penal nada más que para sentir esa adrenalina fatídica en las piernas, en los tobillos, ese cosquilleo delicioso en las puntas de los pies y sin embargo acá me tenés, negándome la esencia, hamacándome despacito, subiendo al tobogán más bajo porque los años no vienen solos y ya no me levanto de un salto del golpe, cada vez los golpes duelen más y cuesta más reincorporarse, y las piedras que tiro cuando juego al sapito rebotan cada vez menos, debe ser el cansancio, pienso, cansancio de siempre lo mismo. Transitaba sin tregua la rayuela de tu cama, el aire se llenaba de humo de todas las fragancias, y tu cuerpo era un barquito de papel atravesando la madrugada. Me sentía como flotando en un mar de caramelos, esperaba tu llegada con la ansiedad de una niña que aguarda el mágico momento en el que la piñata florece, llenando el ambiente con su polen de golosinas, luchábamos contra las distancias disfrazados de piratas, vos eras mi caballero con un traje de hojalata, yo la princesa de puntillas y volados que te esperaba. Cantábamos a los gritos en los aeropuertos, bailábamos como locos haciéndole dedo a los camiones que siempre nos llevaban…
Y acá me tenés perdida, fragmentada, una parte de mí que juega todavía con las palabras, una parte de vos que brilla, todavía, en la mirada, vamos a tocar un timbre, negrito, y a salir corriendo como condenados, como dementes, salgamos corriendo nosotros muy lejos de todo, de todos, gritando y corriendo de vos y de mí.

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