lunes, 16 de enero de 2012

Génesis

Sueña que sueña el peatón borracho acodado en la barra del bodegón, sueña que sueña un hombre, lo modela con sustancia gris y sus axones se reagrupan esbozando bracitos diminutos, piernitas diminutas, su materia gris se inmola y pasa a ser el cerebro pequeño del hombre que es soñado que es soñado. Sueña que sueña el peatón borracho y murmura entre dientes por otra copa, mientras su hígado deteriorado se rebela en contra de los manuales de anatomía y decide ser parte del hombre diminuto que es soñado que es soñado y no bebe, es abstemio y sano, y ya comienza a tener forma: dos brazos, dos piernas, un cerebro reagrupado, un híagado arruinado pero voluntarioso. El borracho comienza a balbucear dormido, quizás esté cantando, pero no estamos seguros. Y el hombre que es soñado que es soñado le roba la voz, para acunarle el reposo, para que no despierte de su sueño, porque sabe cómo son las cosas... Canta melodías milenarias y anestésicas, el hombre que es soñado que es soñado mientras le arranca de cuajo los pulmones, las vísceras, los riñones, y se las coloca en el lugar correspondiente. El hombre que sueña que sueña comienza a sentir una molestia, y sale a la duermevela sintiéndose extraño, mientras el hombre que es soñado que es soñado sufre de una agónica desesperación: sabe cómo son las cosas. Sabe que el hombre que sueña que sueña no puede despertarse. Sólo le resta apropiarse el corazón, arrebatarle la bomba que le dará independencia, que sumirá al hombre que sueña que sueña en un sueño perpetuo. El hombre que sueña que sueña bebe dormido caña Legui con un sorbete rayado, y se le derrama por los labios. El hombre que sueña que sueña vuelve a dormirse profundamente...

Casi no sintió el desgarro...

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