lunes, 16 de enero de 2012

Ausencias

Teñir la margarita de tu ausencia
Corriendo, sin dudarlo, a empezar con vos
(empezar como verbo transitivo, empezar algo, empezarte, empezarnos, buscar el fin de lo transitorio para dibujar la irrealidad de nuestro mundo, volar en unicornio a buscarte, montar al hastío con riendas de mimbre, para demolerlo con calidez). Nada nuevo bajo el sol, es cierto, pero ¿qué es realmente nuevo? Y además, es la misma luna que estás mirando la que echa sombra sobre la penumbra de mi silencio. Trato de apaciguar a la nostalgia con miel y canela, trato de confundirla con la vorágine, de perderla en los pasillos del subte A. Pero. Siempre pero en las historias.
Vida de carácter transitorio, lo seguro cayó con la madurez como glaciar que rompe, insolente y definitivo. Alojamiento dudoso, y no vayas a encariñarte con las paredes y las alamedas, porque inequívocamente se rompen con la inestabilidad. Todo transitorio, hasta vos, hasta yo misma...
Harta de despedidas, de ausencias, de derrumbes.
Vos quedáte. O llevame. Perduremos.
<no me resignes al inevitable>
Dibujáte a contraluz, contrarrestá a contramano la carretera unicromática de mi caminar. Miráme (casualmente, mi miopía no ve de lejos), miráme pero a los ojos y no caligráficamente. Saltemos vacíos que nos falta tan poco para ser felices...
<lo que nos falta se mide en metros>
Teñí la margarita de tu ausencia.

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