lunes, 16 de enero de 2012

Bon apetit III

Es que así no se puede, me decís con un sol entre los ojos y un ligero tartamudeo que te delata ansioso. Así no se puede, me decís, me pedís que no sea menos tuya que de nadie, me hablás de historias de abuelos y de trajes con corbata, me dejás perpleja entre tanto palabrerío que los dos sabemos inútil y hasta un poco gracioso, sobre todo ese blablablá final, cuando me hago la derrotada y te prometo que voy a cambiar, que voy a abrir más mis puertas que mis piernas, que te voy a dejar acceder a algo más que al aroma a fresias que se desprende al abrir el segundo botón, que te voy a permitir bucear hondo en mis tinieblas, te digo, y los dos nos creemos que es cierto, aunque sea por un segundo los dos nos creemos que es cierto, que podría funcionar, sin escuchar lo de la unión de soledades y te invito a festejar porque no todos tienen este nivel de diálogo, mientras te saco las medias, y tiro suavemente de las piernas de tu pantalón raído, te prometo que te dejo, te digo respirándote en el oído, te prometo que te voy a contar mi historia, te prometo que vamos a caminar de la mano por veredas de muchos países, te juro por dios y la virgen que mañana te llamo, extrañándote, pero por favor, sacáte esa camisa escocesa que está tan sucia, una pena que esté tan sucia cuando tenés la piel tan perfumada y suave, una casa en las afueras, podríamos averiguar en alguna inmobiliaria, tenés razón, quizás por dueño directo, digo desatando un nudo de pantalón y ropa interior a la altura de tus tobillos, un perro grande, de pelo corto, probablemente un labrador, si estás de acuerdo, digo sintiéndote crecer entre mis manos, un colegio privado, para que sean bilingües, con lo importante que es hablar inglés en estos días, no podés besar así, por dios, no podés besarme así, casi que te grito suspirando, mañana te llamo, te prometo que mañana empezamos de nuevo...

No hay comentarios:

Publicar un comentario