lunes, 16 de enero de 2012

Contraflor al resto.

Tampoco tiene que ver con nada que me mires así, tan derechito y triste, y menos que menos con los olvidos de las agendas y las varices del calendario, no tiene que ver con nada que me digas de vuelta, y siempre de vuelta y de ida y de vuelta, que esto no va a pasar mas, con tu sombra entre las manos, deslizandose entre los dedos, mirandome así, tan derechito y triste, como recien caido del nido, pajarito grande, pajaron chiquito, si sabes que ya no te creo y sin embargo seguimos barajando y aca te grito el vale cuatro, compadrita con dos cuatros y un seis, y vos me queres, si ya se que me queres, que me queres siempre, pero que tiene que ver con esto, decime que tiene que ver, por dios, golondrina pasajera, mi pequeño termotanque, que tiene que ver que me quieras el vale cuatro si no nos sirve de nada, retrasando la madurez inequívoca, inevitablemente vamos a tener que rendir cuentas, sabes, en algun momento vamos a pensar por que seguimos jugando durante tanto tiempo, quizas porque no habia otra cosa que hacer, esperando esta demora en esa salita pequeña y llena de telarañas, abri un poco la cortina, por lo menos, asi vemos el sol por un rato, aunque sea dame luz por un rato hasta de que de nuevo, y siempre así, de nuevo, pero te canto el vale cuatro y vos ahi, como si nada, si ya se que va a se la ultima y que si no taza taza, pero siempre quedo tan convencida, cada ultima vez que juramos quedo tan convencida, al final parece que el buen jugador de truco sos vos, tramposo y timador, es que ni siquiera te das cuenta de que no se quiere un vale cuatro con esas cartas de mierda, eso es lo peor de todo, y yo pienso pobrecito, no sabe jugar, sin darme cuenta de mis cuatros achacosos, de mi seis como viril entre tanta inutilidad, pobrecito que no sabe jugar, y me mira asi, tan derechito y triste, y yo aca parada con estre triciclo viejo, este pantalon raido, estas botitas de tierra, este ripio entre los huesos, esta ruta entre los ojos, esta soledad en el corpiño, esta voluntad inquebrantable de gritarte el vale cuatro, esta enfermiza necesidad insoportable de que me vuelvas a querer, de que me quieras de nuevo...

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